viernes, 25 de enero de 2008

Y después qué...?

Nunca antes había pensado seriamente en morirme. Tampoco en lo que pasa después. La religión había resuelto todo: cielo, infierno, y eventualmente purgatorio (una especie de moratoria o plan de pago para los que no nos portamos del todo bien ni del todo mal).

En esto de andar inventando y releyendo religiones he descubierto la reencarnación, el ascenso durante la vida hasta alcanzar a Dios, y otras teorías nunca contrastadas. Para colmo, lo mas cercano al método científico para estas lides era Victor Sueyro, y ahora nos quedamos sin el Test de hipótesis que el muchacho podía proporcionar.

Como se murió alguien a quien quise mucho me dió por filosofar y pensar dónde va la energia vital que mueve nuestros átomos. Será eso el alma? Dónde van a parar esos veintiún gramos que adelgaza un cuerpo cuando se convierte en cadáver?

Cómo respuestas no encuentro me dió por racionalizar. Al fin y al cabo, antes de la econometría la economía ya existía.

Sin ningún test de hipótesis en el medio, ahora pienso que si hay algo más despues de la vida no hay de qué preocuparse: ya nos enteraremos y nos la pasaremos fenómeno. Si no hay nada más, entonces tampoco hay de qué preocuparse: Nunca nos enteraremos!.

Lo único que me molestaría es morirme y no poder enterarme nunca si podremos alcanzar a Brasil en cantidad de copas del mundo.

Mg. Juan Carlos de la Sota del Basto.

jueves, 17 de enero de 2008

I have a dream


A veces sueño. No siempre, sólo a veces. Y entre esas veces, algunas sueño que me falta una materia.

Tanto me presioné cuando estudiaba que me quedó eso en el subconsciente. He soñado que debía rendir Geografía de los Recursos en mi vieja escuela primaria. He soñado que se habían borrado los registros y que debía rendir una materia más, y que nadie sabía cuál era...

También he soñado que a pesar de estar seguro de que estaba soñando también estaba seguro de que tenía un diploma, pero ¡ que me faltaba una materia !

No se por qué sueño estas cosas. Si pasó tanto tiempo, tanto examen, tanta corbata con nudo modelo make-your-self, tanta bolilla, y luego tanto alumno y más exámenes (ajenos).

Sigo soñando con eso. Me sobresalta. Me hace transpirar. Se me revuelven los pelos. Me angustio.

A menudo, luego de despertarme (o incluso durante el sueño mismo) me doy cuenta que la angustia no está generada por el subconsciente que teme no haber terminado con algo que realmente ya no está hace muchos años. Tal vez sea un intento de libertad que me permita volar un poco suelto: hoy empieza a vencer el IVA.

Mg. Juan Carlos de la Sota del Basto